De Doctores
- Doctor, ¿Ud. cree que podré vivir 40 años más?
- Depende.¿Ud parrandea con sus amigos?
No, doctor.
- ¿Bebe?
No, doctor.
-¿Fuma?
No, Doctor.
-¿Tiene pareja?
No, Doctor.
- ¿Sale con amigas de farra?
No Doctor.
¿Y para qué carajo quiere Ud. vivir 40 años más?
De profesores
Un profesor de primer año de Medicina está dando a sus alumnos la primera
lección sobre autopsias en la morgue y les dice:
“Para hacer una autopsia, hay dos elementos básicos: el primero, no tener
ninguna repugnancia.”
En ese momento, el profesor introduce un dedo en el ano del muerto y luego
lo chupa. A continuación pide a los estudiantes que hagan lo mismo y luego
de un rato de silencio temeroso, éstos comienzan a obedecer.
Cuando ya todos los alumnos han terminado de chuparse con asco el dedo, el
profesor prosigue:
“El segundo elemento fundamental, es un sentido muy agudo de observación: yo
metí mi dedo anular, pero me chupé el índice.”
De Suegras
Una suegra que era bien metiche, pero metiche, metiche, se murió, y en su tumba le pusieron este mensaje: "Aquí descansa ella, y en la casa descansamos todos".
De Locos
Un manicomio lleno de locos decidió sacar unos cuantos del lugar porque estaba muy lleno, y para eso les hicieron una prueba a los locos, dibujaron una puerta en la pared, y el que se diera cuenta que la puerta no era de verdad lo iban a sacar, el primer loco pasó y trató de abrir la puerta y en eso otro loco no paraba de reírse, la sospechas del encargado fue que él ya no estaba loco, y otro loco trató de abrir la puerta, mientras tanto el otro loco todavía seguía riéndose, en eso le llama la atención el encargado al loco y le pregunta:
¿Y tú? ¿Por qué te ríes?
El loco contesta:
¡Es que aquí, traigo las llaves!
De Feministas
Al llegar al cielo había una entrada para hombres y otra para mujeres. Por la entrada de hombres, había dos puertas, una con un letrero que decía: "MI MUJER MANDABA EN MI CASA", y otra con un letrero que decía "YO MANDABA EN MI CASA".
Como es de suponerse, en la primera puerta, había una cantidad enorme de hombres esperando, mientras que en la segunda puerta, no había nadie. Un día un recién llegado al cielo tomó la opción de entrar por la segunda puerta. Todos los presentes se sorprendieron muchísimo, y cuchicheaban entre sí, hasta que por fin alguien se animó a preguntarle al recién llegado la razón de que hubiera elegido esa puerta, a lo que el hombre respondió:
"Es que mi mujer me dijo que me formara aquí."
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